Giorgos Katidis
El jugador del AEK de Atenas celebró el gol de la victoria de su equipo sobre el Veria (2-1), en la vigésima sexta jornada de Liga, realizando el polémico saludo. El futbolista, de 20 años, escribió en Twitter, tras conocer el alcance de su acción, que no lo hizo sin conocer el significado real del gesto y que aborrece el nazismo.
Selección femenina de fútbol de Estados Unidos
Pavel Horvarth
La Federación Checa de Fútbol impuso en 2007 una multa de 7.250 euros a Pavel Horvath, centrocampista del Sparta Praga, por realizar un saludo nazi en un partido de Liga. Horvath negó toda connotación nazi de su gesto, que se produjo cuando los hinchas de su equipo desplazados al encuentro proferieron cánticos racistas a los jugadores rivales y lanzaron petardos al campo. El centrocampista se acercó a ellos y levantó el brazo en dos ocasiones para pedirles calma, pero el Comité Disciplinario lo interpretó como un saludo nazi. El presidente de la comisión de disciplina de su Federación lo calificó de “intolerable”.
Paolo di Canio
«Soy fascista, pero no racista. Hago el saludo romano para saludar a mis aficionados y a los que comparten mis ideas. Este brazo tendido no quiere nunca ser una incitación a la violencia y menos al odio racial». Así justificó en 2005 el italiano Paolo di Canio el saludo fascista que realizó cuando era jugador del Lazio en un partido contra el Livorno (de tradición comunista). El Comité de Disciplina le sancionó con 10.000 euros de multa y un partido de suspensión. Di Canio era reincidente porque un año antes tuvo que pagar otros 10.000 euros por el mismo saludo ante el Roma.
Mark Bosnich
En 1996, el guardameta australiano Bosnich fue sancionado por realizar un saludo nazi a los espectadores del Tottenham Hotspur, club con un gran número de seguidores judíos. Bosnich, guardameta entonces del Aston Villa, escribió una carta pidiendo perdón por su acción, aunque recibió una multa de 1.000 libras.
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